Antes de que sigáis mirando este post (es más visual que otra cosa) quiero advertiros de que algunas imágenes pueden ofender a más de uno, pero nada más lejos de mi intención, solo quiero mostraros lo que ha cambiado la publicidad en estos años, y por ende nosotros mismos. Los anuncios nos acompañan desde que nacemos hasta que morimos, forman parte de nosotros aunque no queramos, de hecho, son reflejo de la sociedad que nos ha tocado vivir. Pero son un reflejo distorsionado porque lo que hacen es manipular con el único fin de convencernos de la necesidad de comprar ese producto, mostrando unos valores que nos afectan, la moral, la estética y la ética distorsionadas de una forma u otra, y sino… seguid leyendo, bueno, mirando.
Sí, hasta hace poco podríamos encontrar a un médico fumando en la consulta (puede que incluso en quirófano) pero de ahí a anunciar el tabaco en las vallas publicitarias…
¡Con la polémica que hay en la actualidad con los cigarrillos electrónicos, como para promocionar el hábito tabáquico para curar el asma! Advierto que yo no lo quiero hacer, el tabaco es maaaaaaalo.
Sobran las palabras. No, si hasta será buena la nicotina para el recién nacido. Vamos, parece que si no le da un cigarrillo es que no lo quiere.
¡Qué cara de felicidad tiene el niño! Mirándole nos hace pensar que lo de los biberones de leche son algo anticuados. ¿Y que beberá de mayor? En fin, tranquilos, lo más probable es que no llegue, como mucho vivirá unos añitos más (mirad el siguiente)
De hecho, se trata de comprobar la resistencia de los calzoncillos, nada más. Y la madre, ¿qué narices estará haciendo allí detrás? ¡Pero quítasela, por Dios!
Lo de que la Coca-Cola para tratar según que cosas está bien, pero el diseño de la botellita se las trae.
¡Vamos hombre! ¿Quién no se ha tomado una de estas para curar una afonía? Yo no, lo juro.
Efectivo lo era, de eso estoy seguro. Curaba la tos, así como también el dolor de cabeza, el mal de oídos, el… Además, te asegura un “viaje” gratis y sin hacer colas en la aduana.
La asociación parece algo infantil pero se las trae. Si es que no le han puesto ni zapatos al pobre.
Estas vitaminas PEP venían en una caja de Kellogg´s, ¿os acordáis del artículo que hace ya un tiempo os presenté sobre cómo curar la mastubación con estos cereales? Si andáis flojos de memoria os invito a que lo busquéis en el directorio. Por cierto, si con este anuncio hablamos de machismo, por favor, no miréis el siguiente.
Os advertí que no lo hiciérais… Lo que tampoco entiendo es qué narices hace ese hombre todo encorbatado en la cama y mucho menos que le gusten esos modelitos de corbata.
Se llama propaganda subliminal ¡je, je, je! Mirad su cara (me refiero a él) Por cierto, ¿alguien se ha fijado en el pote blanco de pintura? De hecho, están pintando la silla.
Esto es ya pasarse tres pueblos pero, ahora sí en serio, este anuncio no es de hace mil años sino mucho más reciente. Puede que el publicista triunfara entonces pero ahora lo más probable es que acabara en prisión.
Son una pequeña muestra de muchas otras que se pueden encontrar en la red, y es que ya lo dijo el publicista Armando Testa: “un buen anuncio debe hacer sentir algo incómodo a quien lo contempla”, algo que podemos entender más fácilmente en nuestros tiempos y que también da que pensar que mucha de la actual publicidad pueda ser motivo de otro post en el futuro.😉
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